Tanto en invierno como en verano, los Dolomitas ofrecen una combinación única de paisajes, naturaleza, arquitectura, pequeños pueblos pintorescos y una gastronomía única. Icono del esquí más glamuroso en invierno, en verano la nieve da paso al verde de los prados y los bosques que se mezcla con el blanco de los glaciares y el rosado de las cumbres en una increíble paleta de colores natural.
Viajar a las Dolomitas, tanto en verano como en invierno, significa redescubrir de nuevo el turismo tradicional de antaño a través de idílicos hoteles tradicionales regentados por familias de la zona, disfrutando de su gastronomía y de sus paisajes.
Descubre el encanto y la magia de esta región de montaña acompañado de guías expertos de montaña.
Para ello, te proponemos varias opciones de alojamiento que combinan chalets tradicionales con encanto, como el Rosa Alpina - hotel familiar de tres generaciones - con refugios de montaña en los que podrás descansar con toda comodidad, como el San Lorenzo Mountain Lodge.
Además, podrás degustar lo mejor de la gastronomía típica de la zona en restaurantes como el St. Hubertus, con tres estrellas Michelin.
Por otro lado, las Dolomitas se encuentran a muy poca distancia de ciudades como Verona o Venecia, para aquellos que deseen completar su viaje con unos días de arte y cultura.