Noruega: Mi refugio personal
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Todos lo saben. Cuando hablo de Noruega se me ilumina el rostro. He tenido el privilegio de explorar este país en numerosas ocasiones, y cada visita me sumerge en un éxtasis renovado de asombro y descubrimiento. Siempre es un placer volver a visitar a mis amigos del norte y aprender de su estilo de vida y su asombrosa naturaleza.
Llegamos a Alesund, lugar que me transporta a viajes del pasado. Rodeado de fiordos y montañas abrigadas por el océano.
Me alojo en el Hotel Brosundet, donde los lugareños y los huéspedes nos mezclamos creando una atmósfera cálida y acogedora. ¡Estoy en casa! Una de las curiosidades del Hotel, es la habitación 47, ubicada en un pequeño faro.
Una vez asentados, era el momento de volver a degustar la comida Noruega. Una explosión de sabores de la gastronomía local para amantes de los productos frescos y de proximidad.
Mi primera experiencia del día fue un emocionante paseo en Zodiac Rib hasta Øye. Las olas acariciaban la zódiac mientras el viento me acariciaba la mejilla. A medida que nos acercábamos a Øye, pude sentir la energía vibrante de la costa noruega.
Excursiones en kayak por los majestuosos fiordos noruegos es sumergirse en la serenidad de aguas tranquilas, rodeado por imponentes montañas que se reflejan en la calma del fiordo, una experiencia que fusiona la aventura con la belleza natural inigualable.
Existen memorables maneras de experimentar la asombrosa belleza del paisaje noruego, pero no hay nada más impresionante como sobrevolar en helicóptero y deleitarse durante una hora la belleza de ese rincón del mundo. Pudimos otear el pueblo sumergido por un alud desde hace más de 100 años, escondido entre una masa de agua cristalina.
El Hotel Storfjord es el lugar ideal para la tranquilidad y la relajación. Este lujoso hotel boutique está situado en una ladera de madera y ofrece espléndidas vistas del Storfjord y los Alpes Sunnmøre. Un hermoso refugio de la vida urbana.
Después de cargar energías, me aventuré a explorar el Valle Norang en bicicleta. El aire fresco y el paisaje montañoso hicieron que cada pedaleo valiera la pena.
En Trandal, una diminuta aldea, tuve la oportunidad de volver a visitar un pueblo "elfo". Siempre me ha fascinado la mitología nórdica y sus tradiciones.
Una de las mayores experiencias del viaje fue, recorrer las zigzagueantes carreteras de los fiordos con un Porsche Cayenne eléctrico, una experiencia 100% sostenible y llena de adrenalina.
Entrar en el Devold Store es zambullirse en el paraíso para las compras de productos locales y de gran calidad. Un super outlet donde pude hacer provisión de toda la ropa de invierno para mis futuras expediciones en las Islas Feroe y en el Ártico.
Noruega, mi refugio personal e intransferible, donde siempre vuelvo a reconectar con la naturaleza. "Vi sees snart."
