Kilindi Zanzíbar es sinónimo de relax: un oasis en la animada isla de Zanzíbar, un lugar donde relajarse y disfrutar del mar y de la belleza de este exclusivo alojamiento escondido entre la frondosa vegetación.
Los amplios pabellones-suite están completamente abiertas a la naturaleza que los rodea, con vistas sobre el mar y la terraza y jardín privados. Cuentan con un agradable salón, una habitación donde la cama es el elemento central, un gran cuarto de baño con ducha de efecto lluvia, y dos pequeñas piscinas conectadas por un canal. Un verdadero paraíso privado, un lugar ideal para la tranquilidad.
En la playa se respira un ambiente realmente auténtico; los pescadores locales trabajan allí cerca, a bordo de sus dhow, lo que permite apreciar la verdadera vida del lugar.
Cuando sube la marea es el momento ideal para darse un chapuzón en el mar y disfrutar de las aguas cristalinas y turquesas de Zanzíbar.
La experiencia se convierte en algo de lo más especial gracias al excelente servicio de Kilindi. Nuestro butler personal se ocupó de nosotros de la mejor manera, con un trato muy servicial y discreto al mismo tiempo.
Disfrutamos especialmente de la gastronomía del hotel, que ofrece un amplio abanico de deliciosas opciones. El chef juega con recetas mediterráneas, indias, latinas e internacionales, y les da un giro exótico con las especias e ingredientes del lugar, con productos frescos y locales. Las comidas se pueden disfrutar en diferentes ubicaciones del hotel, ofreciendo así una experiencia completamente personalizada.
El Kilindi también cuenta con su pequeña fauna autóctona, o como dicen ellos, sus “little 5”: galágidos (primos de los lémures), musarañas elefante, monos Sykes, lagartos de vientre azulado y camaleones. ¡Conseguimos avistarlos a casi todos!
En Zanzíbar se puede disfrutar de un sinfín de actividades, entre ellas snorkel, buceo, avistamiento de delfines, deportes acuáticos, salidas en dhow para admirar el atardecer, visitas a Stone Town, la capital, un lugar lleno de historia, o un tour de las especias… Las opciones no se acaban.
Aunque una vez estés en el Kilindi… ¡No te querrás ir de allí!