Enamorada de Sri Lanka
Quiero ir
Muchos hemos oído hablar de Sri Lanka como la hermana pequeña de la India; nada más lejos de la verdad. Sri Lanka es un destino en toda regla que os recomiendo visitar al menos una vez en la vida.
Colombo
Nada más llegar a Colombo, su capital, podemos apreciar el buen ambiente que allí se respira paseando por la pintoresca zona de Pettah, un bazar al aire libre donde podemos encontrar de todo: desde chiles picantes hasta coloridos saris.
Recorrimos decenas de callejuela, con sus carteles luminosos, cables zigzagueantes y comerciantes sonrientes, todo ello de la mano de un personaje emblemático que disfruta compartiendo sus conocimientos con todo aquél que desee conocerlos.
En Colombo, los edificios decadentes se sostienen junto a renovados edificios de estilo colonial en una ciudad que poco a poco se esfuerza para llegar a la altura de otras capitales asiáticas de alto nivel. A los que la visitéis, ¡no dejéis de probar los deliciosos cangrejos del restaurante Ministry of Crab!
Después de visitar la capital de Sri Lanka nos dirigimos al Santani Resort, cerca de Kandy, donde pudimos disfrutar de unos maravillosos días de relax, yoga y salidas culturales…
Transformative travel mode on!
Santani Resort fue sin ninguna duda el alojamiento ideal para el primer Yoga & Wellness Retreat de BRU&BRU. De la mano de nuestra querida profesora Arianna Forte pudimos experimentar el trabajo constante de las prácticas diarias en un lugar privilegiado y avanzar en nuestro conocimiento corporal y personal.
Nuestras prácticas iban acompañadas de acceso diario al spa y tratamientos de bienestar; mi preferido, ¡un original baño corporal con leche de burra!
La gastronomía del resort también merece una mención especial: cocina Ayurveda de alto nivel basada en los doshas de cada uno de sus huéspedes (biotipos ayurvédicos). ¡Un verdadero regalo para el paladar y medicina para nuestro cuerpo!
Nuestra estancia en Santani también nos permitió conocer las zonas rurales y aldeas cercanas, plantaciones de té, así como algunos de los templos más importantes del patrimonio cultural e histórico de la isla, donde recibimos las bendiciones de los monjes, eso sí, ¡después de ganárnoslas a golpe de escoba!
Nuestro retreat en Santani Resort nos ayudó a encontrar el equilibrio para alcanzar un profundo bienestar que nos acompañó durante el resto del viaje.
Descubriendo Sri Lanka…
De Kandy viajamos hacia el corazón del triángulo cultural, cuna de los lugares arqueológicos e históricos de Anuradhapura, Polonnaruwa y Sigiriya, que datan del siglo IV a.C. Pasear completamente solo entre sus templos, cuevas y ruinas es sin duda una experiencia espectacular que te llena de energía.
Del triángulo cultural viajamos a The Ceylon Tea Trails, el primer resort ubicado en la espectacular zona del té de Ceilán. Durante el trayecto, parte de él a bordo de un pintoresco tren, disfrutamos de las espectaculares vistas del centro de la isla. Si tuviera que definirlo en una palabra, sería “verde”. El verdor de las plantaciones de té marca el escalonado paisaje de la región, un paisaje único y lleno de exotismo interrumpido sólo para la original iglesia Warleigh, de color rosa.
Lo mejor: disfrutar de estos maravillosos paisajes desde las alturas, sobrevolándolos a bordo de un helicóptero en dirección al Parque Nacional de Yala, donde disfrutamos de un sorprendente safari en el que pudimos avistar elefantes, ciervos, cocodrilos, aves de todo tipo, ¡e incluso un puma!
El recibimiento que nos brindaron los niños de Yala también fue espectacular, sin duda uno de los mejores momentos del viaje.
Y como os podréis imaginar no se puede dejar Sri Lanka sin haber pasado al menos unos días en la costa, admirando su hermoso paisaje salvaje y observando a los pescadores que mantienen el equilibrio en unas cañas, sobre las olas del mar.
