El verano en Estocolmo es luz, parques llenos de vida, desayunos bajo el sol, mercados al aire libre, flores de colores… Puede sonar bucólico, pero es verdad.
Gran parte del encanto de mi estancia en esta capital nórdica se lo atribuyo a mi estancia en el hotel Ett Hem, una pequeña joya llena de personalidad que hizo de esta escapada una experiencia redonda.
Ett Hem es un hotel boutique situado en un barrio residencial de Estocolmo. Se trata de una antigua casa de ladrillos con un pequeño jardín e invernadero ideales para relajarse durante el desayuno, o para disfrutar de una cena a la luz de las velas.
El interior del hotel, de estilo escandinavo, aúna a la perfección la historia del lugar, con sus hermosas estufas antiguas, con el diseño nórdico actual y elementos modernos de lo más elegantes. Un verdadero destino en sí mismo del que uno no quiere salir.
Mi experiencia favorita fue pasear por los parques de la ciudad, con sus pequeñas cabañas ideales para disfrutar de un brunch para foodies: panes de todo tipo, diferentes mermeladas y pasteles caseros… Todo ello acompañado de la deliciosa fruta de los árboles del parque, que se pueden degustar una vez han caído de las ramas. El colofón: preparar un ramillete de flores en un espacio del parque creado especialmente para este fin.
Sí, es verdad que puede sonar bucólico… Pero es así.