Decir Asturias, es hablar de grandes montañas e imponentes acantilados, de fina lluvia y verdes prados, es hablar de pequeños pueblos de pescadores de una paleta de colores infinita. Decir Asturias es hablar de acogedores palacios y hermosas casonas. De gente hospitalaria y bondadosa.
¡Bienvenidos al Norte!
Un precioso palacio ubicado en el pueblo de Figueras sería nuestro hogar durante 48 intensas horas.
¡Un palacio solo para nosotros!
El Palacio de Figueras es una maravilla arquitectónica, tanto por fuera como por dentro.
Cada viga del techo, cada marco de piedra, cada suelo ha sido restaurados por verdaderos artesanos, con técnicas antiguas para mantener su esencia. La decoración combina piezas antiguas de gran valor, con muebles modernos de diseño, dando un estilo fresco y acogedor a los distintos ambientes.
Nos alojamos en nuestras respectivas Suites: Ana en Don Pelayo y yo en la Suite Gaudiosa, todas las habitaciones son de un gusto exquisito. En total once estancias hermosas y acogedoras.
Mención a parte es la gastronomía del Palacio, que se caracteriza por una combinación de cocina tradicional asturiana y mediterránea con un toque vanguardista, elaborado en sus propias cocinas por el chef Leo. ¡Qué gran descubrimiento!
Nos prepara un suculento manjar, siempre flexible para todo tipo de intolerancias y alergias.
Alojarse y dormir en un Palacio es una experiencia extraordinaria, una sensación de calma y relajación. Paradójicamente la noche es silenciosa y cuesta conciliar el sueño.
¿Quién habrá dormido en nuestra estancia en el pasado? Mientas lo pienso…me quedo dormido.
Al día siguiente y después de un gran y copioso desayuno, dejamos el palacio para profundizar en los alrededores y sus precioso pueblos y playas. La fina lluvia sigue haciendo acto de presencia, pero no nos importa, estamos en Asturias, en un solo día podemos experimentar todas las estaciones del año.
El primer pueblo que visitamos es Castropol, pueblo vecino a escasos metros del Palacio, donde después comeremos con vistas a la ría del Eo, en el clásico Casa Vicente. Recorremos las mejores playas de la costa Asturiana, el viento hace acto de presencia y ¡nos encanta! Seguimos la ruta, las playas son preciosas, Luarca, Tapia de Casariego y Ribadeo.
Visitamos el Palacio de las cuatro Torres de Donlebún se ubica en la localidad de Barres, muy cerca del palacio de Figueras. Este palacio se eleva sobre un patio en forma de u en el que se encuentra la colección de cactus de Trenor. ¡Muy hermosos!
Dicen que en Asturias no llueve, solo acaricia la mejilla.
Es hora de despedirse. Me preguntan si está lloviendo, les digo que no, que son lágrimas de emoción y tristeza.