Había leído mucho sobre el excelente nivel gastronómico de Perú, y en especial de Lima como capital gastronómica de Sudamérica, pero no podía imaginar la gran variedad de productos espectaculares que ofrece este país.
Gracias a Pedro Miguel Schiaffino, carismático chef y gran conocedor de todos los productos del país (en especial de los de la Amazonia), disfruté de una de las mejores experiencias culinarias que he vivido hasta ahora.
En las cocinas de su restaurante Malabar (posee una de las mejores barras de cocktails de la capital limeña) disfrutamos de un despliegue increíble de creatividad con un colorido menú de 8 platos a base de productos que habíamos comprado juntos previamente en su mercado local preferido. ¡Además de una fresquísima corvina con la que preparó el mejor de los ceviches!
Así que, como podéis ver, ¡mi primer contacto con Lima empezó de la mejor manera posible!
También descubrí que la capital cuenta con interesantes hoteles boutique repletos de obras de arte, barrios llenos de nuevas tendencias artísticas, como Barranco, y toda una serie de personajes inquietos dedicados a descubrir nuevas propuestas, tanto gastronómicas como culturales.
En el Valle Sagrado, gracias a los excelentes guías locales del hotel explora Valle Sagrado, descubrimos que todavía existen rincones y comunidades aisladas en la zona, viviendo de la manera más tradicional y auténtica.
Las rutas por las que caminamos nos llevaron a restos arqueológicos de los Incas, montañas y valles a los que vale la pena llegar haciendo un “pequeño” esfuerzo físico. ¡La recompensa de no coincidir con grupos de turistas vale la pena!
Machu Picchu es sin duda un lugar que hay que visitar como mínimo una vez en la vida y nuestro guía de confianza allí nos demostró lo importante que es hacerlo de la mano de alguien especial. Sus charlas en quechua con los guardas de la ciudadela, su habilidad en recorrer rincones diferentes y sus 30 años de experiencia fueron la clave para transportarnos a otra época durante unas mágicas horas.
Este viaje me ha hecho descubrir que aunque Perú está increíblemente de moda, el viaje se convierte en una experiencia única gracias a las personas que nos cuidan y los lugares en los que nos alojamos, tanto por sus detalles como por su autenticidad.