Mi último viaje a Andalucía me llevó a recorrer tres de sus hermosas ciudades: Sevilla, Córdoba y Granada. Como no era mi primera visita, nos lo tomamos con calma, paseamos sin prisas y disfrutamos de algunas de las mejores cosas que ofrecen estas ciudades: su cultura y su gastronomía.
Sevilla tiene un color especial, y te das cuenta enseguida paseando por el barrio de Santa Cruz o cruzando el puente de Triana al atardecer y recorriendo la orilla del río mientras admiras las hermosas vistas de la Torre del Oro y del puente de San Telmo.
Vale la pena descubrir sin prisas el Real Alcázar y la catedral, subiendo a la Giralda para disfrutar de la vista de la ciudad desde las alturas.
Después de ascender por la empinada rampa que te lleva hasta el campanario de esta torre llena de historia, te mereces un descanso. La Moneda es el restaurante ideal para coger fuerzas mientras disfrutas de unas tapitas.
Para los que buscan experiencias fuera de lo común, recomiendo adentrarse en un convento de la mano de nuestra experta insider quien, junto a las monjas de clausura, te abrirá las puertas de su mundo mientras recorres su increíble museo lleno de obras de arte únicas. Además de la experiencia, ¡podrás llevarte deliciosas mermeladas caseras!
Terminamos la visita con un toque gastronómico, tapeando en el mercado de la Feria y disfrutando de la cocina de Tradevo Centro.
Para despedirnos de Sevilla, nada mejor que relajarse en la Penthouse Suite del Corral del Rey. ¡La guinda del pastel!
Córdoba es una maravilla. Se visita sin prisa y sin esfuerzo, desde el Alcázar hasta la plaza del Potro, pasando por la majestuosa Mezquita-Catedral, sin duda uno de los monumentos más espectaculares del país.
Recorriendo las calles de la Judería es fácil encontrar lugares llenos de encanto como la sinagoga, la capilla de San Bartolomé y los patios de San Basilio.
Personalmente recomiendo hacer una parada en la barra del restaurante El Churrasco para disfrutar de sus deliciosas tapas y reponer fuerzas.
Al anochecer vale la pena acercarse al templo romano y pasear hasta el impresionante Cristo de los Faroles iluminado. La velada perfecta termina en el Sojo Fusión, uno de los restaurantes de moda de la ciudad donde podrás disfrutar de comida tradicional e innovadora.
En Granada, no hay nada más típico que empezar el día con unos churros en el Café Fútbol, un lugar de lo más auténtico.
La Alhambra es la visita por excelencia en la ciudad, y sin duda sería imperdonable no adentrarse en sus hermosos palacios Nazaríes si te encuentras en Granada. Las mejores vistas sobre esta increíble obra de arte andalusí las encontrarás paseando por el Albaicín y el Sacromonte.
Te recomiendo terminar el paseo al atardecer en la zona del mirador de San Nicolás y bajar después hasta el Paseo de los Tristes para disfrutar de las vistas de la Alhambra de noche, mientras cenas en el restaurante la Ruta del Azafrán.
No puedes irte de Granada sin pasear por el Realejo, admirar la catedral y visitar la Capilla Real, un lugar lleno de historia y obras de arte que te sorprenderán.
Y para acabar la visita de la mejor manera, ¡te recomiendo disfrutar de unas tapas en el mercado de San Agustín!