Este año, con la llegada de la primavera, he tenido la oportunidad de conocer un lugar realmente especial, único y espectacular. Escondida en un rincón privilegiado de la preciosa Serra de Tramuntana en Mallorca, Patrimonio Mundial por la Unesco, se encuentra la Possessió de Canet.
Rodeada de 120 hectáreas de árboles frutales, almendros y olivos, esta espectacular casa señorial mallorquina que data del 1786 es una delicia para todos los sentidos. Ha sido excelentemente restaurada manteniendo la esencia de la propiedad original y dotándola de todo el confort y comodidades para disfrutar de ella durante todo el año.
La casa cuenta con una variedad de estancias y habitaciones realmente increíble. Su espectacular piscina interior abovedada, junto con dos preciosas piscinas exteriores rodeadas de frondosos jardines cuidados hasta el más mínimo detalle, hacen de ella un lugar ideal para disfrutarla con un grupo de amigos o en familia.
Pero lo que realmente destaca de este lugar es que sus interiores y diferentes espacios albergan una extraordinaria colección de arte, cuidadosamente elegida por su propietaria, con un gusto y una originalidad tan espectaculares que lo convierte en un lugar realmente único. Además, la riqueza de sus terrenos y mercados locales cercanos ofrecen a su extraordinario chef un producto de primerísima calidad, haciendo de cada comida, desayuno, merienda o cena, una auténtica maravilla.
Canet cuenta con un equipo de profesionales de gran nivel que nos han ofrecido experiencias muy singulares. Nos hemos puesto al volante de flamantes coches vintage eléctricos y hemos conducido por la bellísima costa de la Serra de Tramuntana, salpicada de pequeños pueblos que conservan sus formas y tradiciones.
Y gracias a la gran cantidad de flores, frutas y especias aromáticas con las que cuentan los campos de la casa y alrededores, hemos disfrutado de una clase maestra de elaboración de perfumes, ¡y un excelente sorbete de rosa!
También hemos disfrutado de fantásticas rutas en bicicletas eléctricas, disfrutando de los aromas de los árboles frutales del fantástico jardín botánico.
Y como broche final, he disfrutado de la emocionante sensación que proporciona el poder plantar tu propio árbol, en esta ocasión un olivo que esperamos que dé sus primeros frutos dentro de unos 3 años.
Estos son solo algunos ejemplos de lo que se puede hacer dentro y fuera de la propiedad, ya que las posibilidades son casi ilimitadas: mar, montaña, tradiciones, gastronomía, vida nocturna...
Canet es realmente un lugar que hay que conocer y que no está dentro de los circuitos habituales de propiedades privadas, por lo que es una joya para disfrutarla con todo lo que tiene por ofrecer.