Que casi un tercio del área de la Costa Brava sea zona natural protegida debería darnos una buena idea de lo que podemos encontrar allí. Pocos kilómetros separan los montes nevados de los picos de los Pirineos, de las playas y calas más carismáticas del Mediterráneo.
Hay muchas ciudades y pueblecitos costeros, calas esparcidas por toda la línea de la costa y un carácter ventoso fuertemente marcado, que convierten la Costa Brava en un lugar mágico para estar y para disfrutar.
No te puedes perder la Casa-Museo de Salvador Dalí en Portlligat, donde Dalí y Gala pasaron la mayor parte de sus veranos. La mirada más interesante al mundo de uno de los artistas más destacados del surrealismo.