Nuestra primera parada en Uganda fue en la zona del lago Mihingo, una región de lo más auténtica y remota, en la que realizamos una parada de camino a Bwindi Impenetrable National Park, lugar donde habitan los gorilas.
El lago Mihingo es un buen lugar para montar a caballo y conocer uno de los parques menos visitados de Uganda.
Desde allí viajamos a Bwindi por carretera. De camino, paramos para visitar mercados locales y hablar con la gente local.
En estas zonas remotas de Uganda no todo el mundo está acostumbrado a ver occidentales, y los niños, aunque se acercaban con intriga, muchas veces se reían y se alejaban corriendo, llamándonos mzungu, “blancos”, con una mezcla de curiosidad y miedo.
Durante nuestra estancia en el Bwindi Impenetrable National Park nos alojamos en Clouds Mountain Gorilla Lodge, un rústico hotel increíblemente acogedor, con una excelente gastronomía. La mayoría de los alojamientos que se encuentran junto al parque nacional se ubican en su lado Este, mientras que nuestro alojamiento se ubicaba al Oeste del parque, dándole un carácter más remoto.
El entorno es muy verde ya que se encuentra en una densa y frondosa selva, y el ambiente es húmedo y fresco. De hecho, en el hotel incluso encendimos la chimenea.
Desde el Clouds Mountain Gorilla Lodge realizamos un trekking para acercarnos a los gorilas. La verdad es que tuvimos suerte, y pudimos observarlos tras solamente una hora de caminata por la jungla. Allí, los caminos son resbaladizos y las pendientes pronunciadas, pero vale la pena para acercarse a unos animales tan sorprendentes.
Una vez encontramos a los gorilas, pudimos pasar una hora con ellos, el tiempo máximo de permiso que se otorga en el parque.
Observando a estos increíbles animales pude admirar su comportamiento y ver su parte más humana. Los gorilas se encontraban en familia, con sus pequeños, y verlos nos infundió una gran ternura. Por otro lado, también sentimos respeto frente a los gorilas de espalda plateada, unos animales poderosos y muy imponentes.
Tras el trekking regresamos hacia el hotel y desde allí nos dirigimos al pueblo de Nkuringo, a tan sólo 5 minutos a pie de distancia, colina abajo.
Dimos un paseo por nuestra cuenta para acercarnos a la gente y visitar la escuela y la iglesia.
Regresamos al pueblo al día siguiente, esta vez de la mano de un guía, que nos explicó la vida local de sus habitantes. Vivimos una experiencia muy auténtica y respetuosa, nada intrusiva, ya que éramos los únicos visitantes.
Al día siguiente atravesamos el parque nacional de punta a punta en un impresionante trekking de unas 4 o 5 horas en el que visitamos el corazón de la jungla. También es posible rodear el parque en una ruta en coche de unas 3 horas de duración, pero el trekking es la mejor manera de adentrarse en la naturaleza.
Al llegar al otro lado nuestro coche nos estaba esperando para realizar el resto del trayecto hasta Semliki.
Semliki es un lugar muy remoto y muy poco visitado en Uganda. Allí realizamos una salida en barco por el lago Albert en busca del pájaro prehistórico shoebill, muy difícil de ver, y que tuvimos la suerte de avistar durante la salida.
Al día siguiente, por la mañana, salimos en un trekking para ver a los chimpancés, y por la tarde realizamos un safari.
A la mañana del día siguiente salimos en avioneta hacia el norte del país, sobrevolando las cataratas Murchinson, hasta llegar al Kidepo Valley National Park, cerca de la frontera de Sudán del Sur.
Kidepo es un lugar que me sorprendió muchísimo por su gran belleza. Después de varios días en la frondosa jungla, allí nos encontramos un paisaje de sabana, muy parecido al Serengeti o Masái Mara.
Allí estuvimos completamente solos, no vimos a ningún otro visitante en todo el parque.
Nos alojamos en el Apoka Safari Lodge, un hotel muy auténtico con una piscina espectacular, excavada en la misma roca, y unas increíbles vistas sobre la sabana.
Desde el mismo hotel pudimos admirar a la fauna del lugar, que se acercaba muchísimo a las cabañas.
En Kidepo disfrutamos de un safari realmente increíble, en el que vimos muchísimos animales y sorprendentes escenas de la vida salvaje. La mejor despedida del maravilloso país que es Uganda.