Viajar a Colombia siempre tiene un riesgo: ¡que te quieras quedar! Y es que Colombia desprende una alegría y un buen rollo que te atrapan. Lo mejor: sus gentes, que te contagian su simpatía y el ritmo que llevan en la sangre. Viven la vida día a día, al ritmo de la música, y siempre honrando sus tradiciones y creencias.
Colombia es un país de contrastes: desde el mar Caribe y sus islas hasta la zona cafetera, las cumbres de Sierra Nevada y el bullicio de Bogotá. ¡Y todo ello a tan sólo 1 hora de avión!
Nuestra primera parada en este increíble país fue Cartagena de Indias. Cartagena es la fiesta, la rumba, el buen ambiente de una ciudad donde la tradición, la historia y la herencia colonial se mezclan con los colores de la artesanía popular y las nuevas tendencias emergentes.
Artesanos, cafés, restaurantes, buena gastronomía… Todo ello en un entorno lleno de encanto, en una ciudad donde se cuida hasta el último detalle.
Como gran amante de los hoteles boutique, disfruté especialmente de mi estancia en Casa San Agustín, un lugar encantador, fiel exponente del ambiente que se respira en Cartagena de Indias.
De Cartagenas navegamos hasta las islas del Rosario y Providencia, unas islas boho-chic ideales para disfrutar de las aguas cristalinas del mar Caribe. También nos bañamos en la Laguna Misteriosa, un lugar lleno de magia y contenido espiritual donde por la noche el plancton te hace brillar con su fluorescencia.
Y del Caribe a la zona cafetera, en plena naturaleza: pueblecitos, artesanía, degustación de cafés, haciendas cafeteras… Un breve retiro en las montañas antes de la última parada: Bogotá.
La capital de Colombia es una ciudad que respira arte. Su oferta cultural es increíble y va desde la calle hasta los museos: desde los graffitis callejeros del barrio de La Candelaria hasta el Museo de Botero o el Museo del Oro. Puedes conocer a los artistas y acercarte a sus obras para descubrirlas desde su punto de vista. Y es que el arte colombiano es un arte arte comprometido, muy ligado a la situación política y cultural de este país sudamericano.
¿Y para despedirte de Colombia? Qué mejor que una cena en el famoso restaurante Andrés Carne de Res, donde podrás conocer a Andrés Jaramillo, su propietario, y descubrir su interesante proyecto.
¡Colombia es el destino emergente que no te puedes perder!