Botsuana: recorriendo el delta del Okavango en canoa

La aventura comienza en el corazón del delta, tras un espectacular vuelo escénico en helicóptero de una media hora. Cuando aterrizamos el campamento ya estaba montado y preparado, y nada más llegar hicimos un pequeño entrenamiento con la canoa para aprender los conceptos básicos y prepararnos para el día siguiente. Es importante adquirir las nociones básicas y de seguridad porque durante los días siguientes se navega entre hipopótamos y cocodrilos, en un entorno completamente salvaje.

Después de esta pequeña preparación técnica nos relajamos admirando la puesta de sol con un cóctel en la mano y disfrutamos de una deliciosa cena. La verdad es que me sorprendió gratamente la calidad de las comidas, que fueron espectaculares. ¡Y más teniendo en cuenta que estábamos completamente aislados, a muchos kilómetros de la civilización!

Y es que la logística es increíble: montan y desmontan las tiendas con una rapidez y eficiencia sorprendentes y las trasladan a bordo de las canoas a través del delta. Cuando sales por la mañana, empiezan a desmontar el campamento, y cuando llegas a tu destino por la tarde, todo está preparado hasta el último detalle y tu cóctel preferido te está esperando.

Además es un privilegio adentrarse en esta remota región junto a un auténtico ranger bosquimano, y todavía más si tiene buen sentido del humor, como era el caso con nuestro guía. El primer día salimos en canoa y remamos durante unas 2 horas, ¡con baño en el delta incluido! Después paramos para realizar un safari a pie y nuestro guía nos recordó las consignas de seguridad: nos hizo caminar en fila, él abriendo camino y el más alto del grupo al final, para controlar. Aún así nos dimos un susto nada más empezar, y pegamos un grito al ver a una pitón de roca enorme junto al camino. Al verla, ¡a nuestro guía le dio por reírse a carcajadas! Al parecer le hizo mucha gracia que nos asustásemos ya que no se trata de una serpiente venenosa…

Después del safari a pie continuamos el recorrido en canoa y al cabo de un par de horas nos sorprendió gratamente ver que nos habían preparado un picnic de lo más espectacular. La mesa nos esperaba en medio del río y disfrutamos de la comida con los pies en remojo. Después de esta agradable pausa, seguimos remando un par de horas más hasta llegar al campamento, ubicado en un lugar distinto a la noche anterior.

La segunda y tercera noche el campamento se quedó fijo en pleno delta del Okavango, y durante el segundo día disfrutamos de un safari a pie en el que aprendimos técnicas de supervivencia y nos enseñaron a identificar plantas medicinales y huellas de animales. También disfrutamos de una visita cultural con los bosquimanos para conocer sus tradiciones, su estilo de vida y ceremonias. Durante esta interesante visita se hizo de noche y regresamos al campamento sin linternas, caminando en mitad del delta a la luz de la luna llena. Fue una experiencia muy intensa: en la oscuridad se agudizan los sentidos y se escuchan los sonidos de los animales, como leones y hienas… Aunque da un poco de respeto, merece mucho la pena experimentarlo.

El tercer día volvimos a recorrer el delta del Okavango en canoa y por la tarde, a nuestra llegada al campamento, realizamos un safari en 4x4, durante el cual pudimos ver leopardos, leones, jirafas, elefantes… Desde luego una despedida ideal después de una experiencia de lo más auténtica. Al día siguiente, tras disfrutar de un breve safari a pie por la mañana, nos trasladaron al aeródromo para empezar el camino de regreso a casa.