La riqueza de los vestigios históricos, los increíbles paisajes y la gran variedad de culturas, sin influencia del colonialismo europeo, son algunos de los hechos que distinguen Etiopía de la mayoría de países africanos.
Los lugares históricos más conocidos - Axum, Lalibela, Gondar y Bahir Dar - forman parte de la ruta histórica que no hay que perderse en Etiopía. Cabe destacar los monasterios e iglesias ortodoxas y los obeliscos y las antiguas catacumbas de los reyes etíopes de Axum, que fue la capital del imperio que se extendió por el mar Rojo hasta Arabia y que fue considerado como uno de los cuatro grandes poderes de la Edad Antigua, junto con China, Persia y Roma.
Imprescindible la visita al volcán Erta Ale, en la región de Danakil, considerado el punto más cálido y bajo del planeta, así como el impresionante desierto sulfuroso de Dallol.
Las interminables caravanas de camellos que transportan la sal de las minas impresionan al viajero más curioso en la región de Danakil. Y, para los amantes de la naturaleza y los paisajes agrestes, es obligada una visita al Parque Nacional de las montañas Simen.