Siempre había oído decir que África te atrapa. Que una vez has estado allí, no la olvidas. Que su luz se queda grabada en tu memoria. Después de haber viajado a Kenia, sé que es así.
Nada más llegar, nos dirigimos al hotel Hemingways Nairobi, un elegante alojamiento de ambiente colonial lleno de encanto en las afueras de la ciudad. Allí pudimos descansar después del viaje, probar su buena gastronomía y disfrutar de la tranquilidad de este hotel ubicado en el barrio residencial de Karen, muy cerca de la mítica granja de la famosa novela Memorias de África.
Después de una merecida noche de descanso salimos en avioneta hacia Loisaba, una concesión privada en la zona de Laikipia, donde pasamos unos días.
Esta zona es muy interesante a nivel de fauna ya que se pueden observar animales que no se encuentran en las zonas más conocidas como Masai Mara, como las hermosas cebras de Grévy, más grandes que las comunes, o las jirafas reticuladas, de hermosas manchas cuadriculadas.
Alojarse en una concesión privada tiene muchísimas ventajas, puesto que permite realizar actividades distintas a las que se ofrecen en las reservas nacionales, como safaris nocturnos, safaris a pie, a caballo e incluso a lomos de un camello.
Nosotros nos decantamos por un safari a pie en el que descubrimos la flora autóctona, además de visitar a los hipopótamos, e incluso nos encontramos por sorpresa a un gran elefante macho que caminaba por la zona. Los conocimientos de los rangers y guías de la concesión aseguran que la experiencia sea siempre de lo más interesante, y sobre todo, muy segura.
Desde Loisaba Tented Camp disfrutamos de sorprendentes vistas sobre el valle, que se pueden admirar desde las infinity pools, el restaurante, el bar, y por supuesto, desde las cómodas y elegantes tiendas del campamento.
También disfrutamos de una estancia de lo más original y rústica en Loisaba Starbeds, un acogedor alojamiento de tan sólo 4 habitaciones donde pudimos dormir bajo el cielo estrellado - en una amplia cama con ruedas - y disfrutar de un trato y un servicio excelentes. Nada mejor que una copa junto a la chimenea, compartiendo este cálido momento con otros viajeros y con el equipo del campamento, como si de una gran familia se tratase.
En la zona de Loisaba la fauna es más tímida que en otros lugares. Además, por la orografía del lugar, a veces es difícil observarla.
Aun así pudimos ver un sinfín de animales, desde cebras, jirafas, elefantes, avestruces, búfalos, hipopótamos, facoceros, dicdics, oryx, elands, gacelas e impalas, hasta una familia de tres leonas con sus cinco crías, un escurridizo leopardo, ¡y al esquivo caracal!
Desde Loisaba viajamos hacia el sur, a Masai Mara. En esta increíble reserva nacional que hace frontera con el Serengueti, en Tanzania, las llanuras se extienden hasta donde alcanza la vista, y la gran cantidad de fauna que allí se puede observar es algo realmente sorprendente.
En Masai Mara fuimos testigos de la increíble belleza de la naturaleza salvaje. Incluso al final de la época de lluvias, cuando la hierba de la sabana está más alta, pudimos admirar un sinfín de escenas fantásticas.
Grandes explanadas donde conviven elefantes, jirafas, gacelas, ñus, impalas…
Jóvenes leones macho defendiendo la preciada carcasa de un búfalo, protegiéndola de oportunistas animales carroñeros.
Chacales sorprendidos por nuestra presencia en un tranquilo camino.
Traviesos cheetahs jugueteando entre la alta hierba.
Babuinos oteando el horizonte desde la altura de una pequeña colina.
Leonas descansando sobre un solitario árbol al atardecer.
Búfalos completamente bañados en barro para protegerse del sol y las moscas, como si de un tratamiento de bienestar se tratase.
Pequeños elefantes jugando en medio del camino o andando torpemente junto a las piernas de su madre.
En Masai Mara la fauna es sorprendente, pero también lo son los paisajes. No hay nada como admirar una tormenta en la sabana, al atardecer, observando cómo cambia la luz constantemente sobre la llanura infinita.
Además, en esta reserva nacional hay alojamientos para todos los gustos.
En Cottar’s 1920s Safari Camp viajamos al pasado, a los años 1920, para vivir una auténtica experiencia de safari vintage, con todas las comodidades de un campamento moderno y exclusivo. Con tan sólo 9 tiendas, la experiencia en Cottar’s es completamente personalizada, ofreciendo un servicio excelente. Además, el campamento puede presumir de su historia, ya que está dirigido por la familia con más años de experiencia en el mundo de los safaris, los Cottar, que llevan cinco generaciones en el sector.
El Cottar’s 1920s Safari Camp goza de una ubicación de lo más interesante, en una concesión privada junto al Serengueti y Masai Mara. Las tiendas se ubican entre la frondosa vegetación, sobre una colina, ofreciendo privacidad a la vez que hermosas vistas sobre las llanuras lejanas.
Para los que busquen una estancia realmente privada, el campamento ofrece también una moderna y lujosa villa con capacidad hasta 12 personas y un staff de 8 personas, incluyendo el chef. Todas las habitaciones cuentan con baño privado y balcón o terraza, y la villa también cuenta con piscina privada, hermosas vistas y una excelente ubicación.
Desde los años 1920 viajamos al pleno siglo XXI para alojarnos en Angama Mara, un moderno, estiloso y elegante alojamiento. Angama significa literalmente “suspendido en mitad del cielo” en swahili, y su nombre cobra sentido desde el primer momento.
Las vistas en Angama Mara son realmente espectaculares. Uno podría sentarse en una silla a observar el paisaje durante todo el día. Además, fue uno de los lugares elegidos para el rodaje de la película Memorias de África. Las hermosas habitaciones también ofrecen vistas infinitas sobre la sabana. ¡Allí se corre el riesgo de quedarse atrapado por la belleza de este imponente panorama!
Nuestra última parada en Masai Mara fue en Mara Bushtops, un alojamiento ubicado en su propia concesión privada, con hermosas vistas sobre el monte y, lo mejor, un fantástico spa con gimnasio, piscina, jacuzzi, sauna y fantásticas salas de masaje para dos. El restaurante del hotel cuenta con un amplio menú a la carta, y su propia bodega.
Además, frente al campamento existe un lambedero donde acuden a beber la fauna local, por lo tanto es habitual ver a muchos animales que se congregan allí durante el día.
En la concesión de Mara Bushtops vive un grupo de leones, que pudimos admirar al atardecer. Después tomamos una copa junto a una hoguera, mientras disfrutábamos de los hermosos colores de la puesta de sol, y terminamos con un safari nocturno durante el cual pudimos ver a las leonas y a un grupo de hienas. ¡Uno de los mejores momentos del viaje!
Nos despedimos del Masai Mara con un encantador desayuno privado en medio del monte; un momento mágico.
De esta visita a Kenia nos llevamos grandes recuerdos. Los paisajes, los colores y olores de la sabana, la increíble fauna… Pero sobre todas esas cosas, la gente. La amabilidad y la calidez con que nos trataron, y el servicio de altísimo nivel de los campamentos es algo que no olvidaremos jamás.