Compuesto por cubos caprichosamente superpuestos, que parecen brotar con fuerza del centro de la tierra, atravesado por grandes cristaleras que inundan las diferentes estancias con el relajante paisaje exterior: es el Hotel Viura.
Los materiales y las técnicas más avanzadas trabajan conjuntamente para componer una vanguardista obra de arte, rotundamente contrapuesta con su entorno, pero con el que encaja a la perfección.
Además del magnífico restaurante, el bar, el calado de vino antiguo y el gimnasio, el Hotel Viura dispone en la última planta de unas imponentes terrazas ajardinadas con panorámicas vistas a la Iglesia de San Andrés, construida entre 1538 y 1728, y a todas las montañas de la Sierra de Cantabria.